miércoles, 20 de junio de 2012

Objetivos Carpe Diem Educación:

1) Aprender a dominar la mente; desarrollar el poder de concentración. Sin concentración ninguna tarea compleja puede ejecutarse satisfactoriamente. La mayoría de deseos, promesas, situaciones que llevan a la felicidad requieren poder realizar tareas complejas. Sin concentración no puede conseguirse nada.

 2) Aprender a aprender/estudiar; conocer el sistema de estudio Carpe Diem Educación y llevarlo a la práctica satisfactoriamente. Como es natural estudiar requiere esfuerzo. Pero estudiar correctamente o incorrectamente es una cuestión de estrategia y de esfuerzo; sin esfuerzo no hay recompensa.

 3) Aprobar todas las asignaturas; como es lógico aprobar todas las asignaturas es un requisito indispensable para seguir adelante en la consecución de nuestros sueños.

 4) Aprender a expresarse correctamente de forma oral y escrita; una cantidad enorme de problemas pueden solucionarse a través de una expresión correcta. Somos seres sociales y necesitamos comunicarnos continuamente. Lo importante no es tener la tecnología necesaria para comunicarse sino saber qué comunicar y cómo hacerlo.

 5) Aprender a pensar con precisión/claridad; en Carpe Diem enseñamos a pensar correctamente. Aunque pueda no parecerlo esto requiere aprendizaje y cierta práctica. A menudo se suele confiar en el pensamiento automático para solucionar problemas de cierta complejidad. Y es por culpa del fracaso del pensamiento automático por lo que nos sentimos muchas veces como perdidos en un laberinto sin salida.

claves para entender a un adolescente I

Movimiento hacia la independencia. Lucha con su sentido de identidad. Se siente extraño o abochornado consigo mismo y con su cuerpo. Se mira a sí mismo, alternando entre las altas expectativas y un pobre concepto sobre sí mismo. Lo influencian los amigos en su modo de vestir y sus intereses. Tiene un humor muy cambiante. Mejora su habilidad en el uso del lenguaje y en su forma de expresarse. Demuestra menos su afecto hacia los padres, e incluso ocasionalmente se pone grosero. Se queja de que los padres interfieren en su independencia. Tiene la tendencia a regresar a comportamientos típicamente infantiles, particularmente cuando está bajo mucho estrés.